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15 de febrero de 2017 14:29

Ventas informales son parte del Centro

María Palán vende paraguas y ponchos en el centro desde hace 12 años. Foto: Diego Pallero / ÚN

María Palán vende paraguas y ponchos en el centro desde hace 12 años. Foto: Diego Pallero / ÚN

Empanada o aromática. Arepa de pollo. Café”, se escucha al transitar por la calle Chile, del Centro Histórico, camino a la Plaza de la Independencia. Es Deibis Soto, un venezolano que llegó hace 15 meses al país, junto a su esposa María Perozo.

“Me vine de Venezuela porque allá la economía está destrozada. Actualmente vendo comida típica de mi país. A la gente le gusta. Pero a veces los municipales no dejan trabajar”, cuenta Soto, quien no ha podido encontrar trabajo en su área, de traumatología y ortopedia, porque aún no tiene su título legalizado para ejercer en el país.

En la Plaza de La Independencia está sentada Ana María Palán, de 57 años, rematando las fundas de sus ponchos. También vende paraguas y otros productos. Trabaja en las calles del Centro desde hace 12 años. “He tenido problemas con los policías. Nos dicen que no quieren ver ni un vendedor aquí. Pero tengo que trabajar. Soy mamá y papá para mis hijos”, comenta.

Aunque el comercio autónomo está prohibido en el Centro Histórico, sigue siendo foco para las ventas informales. Las calles más concurridas son la Chile, García Moreno, Venezuela y Rocafuerte.

“Esto es por falta de trabajo. De qué otra manera pueden llevar el sustento a la casa”, comenta Luis Vicente, visitante del Centro. Fernando Escobar, comerciante de una cafetería ubicada en la Plaza, considera que la presencia de los vendedores le afecta, porque también comercializan productos calientes.