placeholder
Las Últimas
22 de junio de 2017 15:52

Vecinos de la Pío XII estrenan su parque

El nuevo parque está rodeado por dos colegios, una escuela  y una iglesia. Foto: Paúl Rivas / ÚN

El nuevo parque está rodeado por dos colegios, una escuela y una iglesia. Foto: Paúl Rivas / ÚN

Ana María Carvajal

Si usted quiere hacerle a la bailoterapia, le gusta jugar rayuela o cocos o se quiere sentar a leer un libro, ya tiene un nuevo espacio en el sur de Quito.

Esta semana fue inaugurado el parque Juan Pío Montúfar, que está en la calle sur del ‘cole’ que lleva el mismo nombre.

Está rodeado, además, por el colegio Ricardo Chiriboga Villagómez, la Unidad Educativa Giordano Bruno, el Seminario San Vicente de Paúl y la parroquia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.

Antes solamente estaba habilitada la cancha de básquet, pero estaba cercada, según Allison Barragán, de 10º del colegio Montúfar. Dice que el resto estaba botado y por eso se sentía “un poquito raro” pasar por ahí.

Ahora que hay cinco máquinas para hacer ejercicios, 16 bancas de madera y juegos infantiles todo se ve más bonito y se utiliza más, dice la guambra.

Christian Sánchez, uno de los más de 8 800 vecinos del barrio Pío XII, está contento porque ya puede pasear a su perrito Zeus por las nuevas caminerías y se siente tranquilo.

Cuenta que antes ese espacio estaba lleno de pura ‘fichita’ y la gente hasta botaba basura en el terreno que solo tenía tierra, cemento y césped crecido.

Ahora solo pide que iluminen el parque porque él es ‘profe’ y usualmente puede pasear solo en la noche. El Municipio anunció que en una segunda fase de este proyecto se trabajará en las luces, aunque ya se ven algunas instalaciones listas para el efecto.

Sánchez contó que los vecinos planean cuidar el parque. Su granito de arena es llevar funda para el ‘popó’ de Zeus y agua para echar en donde se haga ‘pis’.

En el vecindario también está la Dirección Distrital de Educación Eloy Alfaro. Johanna Oña fue a hacer un trámite en esas oficinas del Ministerio de Educación con su hija Emily Cadena de 4 años de edad.

Aunque lloviznaba, Oña decidió darle gusto a la guagua que le pidió ir a jugar en el parque. Le ayudó a treparse en la casita de madera, hacer equilibrio por el puente y caminar por la resbaladera, para no mojarse.