Turtistas, con gran necesidad de ayuda
Cuando empezó el encierro obligatorio a consecuencia del covid-19, los artistas cayeron en desgracia porque no pudieron seguir trabajando; ellos viven de sus conciertos o de sus serenatas. La frase es de Luis Beltrán, presidente de la Sociedad de Artistas, Intérpretes y Músicos Ejecutantes del Ecuador (Sarime); el gremio acoge a 1 000 personas.
Desde que se paralizó el mundo, agrega, estos trabajadores del arte las pasan las de Caín. De allí que el gremio se movió para buscar ayudas y llevar a sus afiliados algo de quietud. Y se consiguieron algunos kits con alimentos de primera necesidad.
Hay ocasiones que la gente piensa que por ser artistas tienen la vida resuelta, pero -acota Beltrán- la realidad es completamente distinta, pues incluso artistas famosos las están pasando mal. “Nadie sabe lo de nadie”, agrega. Y ratifica: “… sí así están los famosos, imagínese cómo estarán los artistas no tan conocidos”.
Todos están en necesidad porque, dice el líder de Sarime, “nos agarraron a todos desprevenidos y sin dinero guardado. Ya no tienen qué vender ni a quién vender para poder subsistir”.
Por eso, la Sarime activó las ayudas humanitarias a sus afiliados. Hace 15 días se repartieron, como adelanto a sus futuras entregas de regalías, USD 150 a cada uno de sus asociados famosos o no famosos. Hoy entregarán otra ayuda de USD 50 y dentro de 15 días, otros USD 50.
Los kits también se han llevado a las casas de cada uno de los asociados que han solicitado esa ayuda, comenta Beltrán. Una vez que tengan más kits, les harán llegar a otras ciudades del país.
Reitera que “son contados los artistas que no necesitan ayudas, hay muchos que viven del día a día, de su producción pequeña, de sus serenatitas… esos son los que necesitan con desesperación alguna ayuda”.
Hay que tomar en cuenta que, debido a que es casi seguro que la cuarentena se extenderá durante el mes de mayo, para muchos de ellos se pasará una fecha que ordinariamente aporta ganancias: el Día de la Madre. En esta ocasión no habrán comidas especiales en hoteles y restaurantes, homenajes en las escuelas, serenatas en los barrios o incluso en los cementerios. Es como si a Papá Noel le cancelaran la Navidad... Y esto va para largo...