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30 de noviembre de 2017 14:45

Cuatro tropiezos políticos de Rafael Correa en seis días de visita a Ecuador

El expresidente de Ecuador Rafael Correa el jueves 30 de noviembre de 2017 en Quito (Ecuador). Foto: EFE

El expresidente de Ecuador Rafael Correa el jueves 30 de noviembre de 2017 en Quito (Ecuador). Foto: EFE

Andrés Jaramillo

El expresidente Rafael Correa cumple seis días en el país. Él ha cumplido una agenda apretada desde su retorno, la madrugada del 25 de noviembre del 2017. Durante este tiempo ha concedido entrevistas a medios de comunicación y se ha reunido con directivos, legisladores y cientos de simpatizantes de Alianza País, en varias provincias.

La visita se desarrolla en medio de una crisis del movimiento oficialista, que enfrenta a quienes han sido críticos a la administración de Correa (y se han puesto de lado del actual mandatario Lenín Moreno) y quienes se aferran al liderazgo y gestión del exmandatario.

Una de las facciones advirtió que la llegada de Correa tenía como objetivos estratégicos reagrupar al movimiento alrededor de su figura, liderar una convención en Esmeraldas y frenar la consulta popular propuesta por el presidente Lenín Moreno.

Sin embargo, a cuatro días de que vuelva a Bélgica, donde reside desde julio pasado con su familia; cuando dejó el mandato, ha sumado más tropiezos que aciertos. El propio Correa reconoció que su retorno iba a implicar riesgos políticos.

Día 1.

El expresidente Correa llegó la madrugada del sábado 25 de noviembre del 2017 a la terminal aérea de Guayaquil. En un principio, se anunció que iba a dar sus primeras declaraciones a la 01:30, en los exteriores de arribo internacional. Sin embargo, la planificación se alteró por la presencia de detractores de Fuerza Ecuador, de Abdalá Bucaram, quienes se enfrentaron con simpatizantes de Alianza País. El exmandatario tuvo que salir por un acceso de una terminal privada del aeropuerto; sin discursos y en un vehículo con vidrios polarizados.

Día 3.

El 27 de noviembre, tres jueces recusaron al titular del Tribunal Contencioso Electoral (TCE), Patricio Baca. Él debía instalar una sesión del organismos un día después para dirimir el conflicto en Alianza País sobre cuál es la dirigencia legalmente reconocida. Los correístas esperaban que Baca falle a su favor y, de esa manera, las decisiones que se tomen en la convención convocada para el 3 de diciembre en Esmeraldas sean de obligatorio cumplimiento. Pero con la recusación, el encuentro no tendrá el reconocimiento del CNE. Cuando todo eso ocurría, Rafael Correa se encontraba en Manabí, tratando de reagrupar a sus bases.

Día 4.

Rafael Correa concedió una entrevista a CNN en español. El 28 de noviembre tuvo un ácido encuentro con el periodista Fernando del Rincón, quien le recordó los ataques a la libertad de expresión y la prensa que hubo en su Gobierno. Fue luego de que Correa condenara una supuesta censura de los medios en su contra, tras su llegada a Ecuador. Rincón también lo hincó sobre su responsabilidad política en los hechos de corrupción que se investigan alrededor de la adjudicación de contratos de Odebrecht y por lo que el vicepresidente reelecto Jorge Glas, enfrenta un juicio.

Día 5.

Uno de los objetivos de la llegada de Correa era presionar políticamente para frenar la consulta popular de Lenín Moreno. Las dos juezas de la Corte Constitucional encargadas de analizar las siete preguntas eran Tatiana Ordeñana (exintegrante del Consejo de Participación, postulada por Correa) y Marien Segura, que llegó a la Corte también por postulación del expresidente. El 29 de noviembre Lenín Moreno argumentó que la Corte no tramitó en el término establecido el proceso y pidió al Consejo Nacional Electoral que convoque a la consulta. Así, se truncó la expectativa de la facción de AP que esperaba la no calificación de las preguntas que para ellos eran claves, como la referida a la reelección indefinida de candidatos y la de plusvalía, en la Corte. Correa dijo que se ha dado un rompimiento constitucional, ante medios internacionales.