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23 de abril de 2018 09:17

Un museo dedicado a la Diablada

Italo Espín, propietario de Casa Cultural El Pacto, explica a tres chicos sobre  el cambio de las caretas. Foto: Modesto Moreta / ÚN

Italo Espín, propietario de Casa Cultural El Pacto, explica a tres chicos sobre el cambio de las caretas. Foto: Modesto Moreta / ÚN

Modesto Moreta
(F-Contenido Intercultural)

Una colección de caretas que representan a la Diablada Píllareña se exhibe en la casa de Italo Espín, en la comunidad Cochaló del cantón Píllaro, en Tungurahua. Es el primer Museo dedicado a esta comparsa que todos los años se apodera las calles de esta urbe para bailar del 1 al 6 de enero.

La idea de Espín es que este tradicional personaje y una de las fiestas importantes del país declarada como Patrimonio Cultural Intangible se mantenga en vigencia todo el año. Por eso decidió abrir y mostrar en su casa más de 150 objetos entre caretas, cuadros, figuras, vestimenta que logró recopilar en más de 15 años de realizar investigación sobre este personaje que tiene más de 150 años de historia.

Allí logró recoger la esencia misma de la fiesta, sus personajes y las máscaras del festejo intercultural. Espín explica que abrió el museo en su vivienda con el propósito de que los turistas que llegan a esta urbe conozcan cómo se confeccionan las caretas, sobre los cambios en el diseño, la vestimenta. También su baile y la música.

“El centro se denomina Casa cultural el Pacto. “El nombre se debe a que antiguamente los habitantes del sector pensaba que la gente hacía pactos con el diablo para obtener beneficios personales y de riquezas, pero son historias y cuentos y leyendas del pueblo”.

Antes de abrir este contenedor, Espín efectuó un pacto con la comunidad de Cochaló El Carmen con el propósito de lograr el desarrollo cultural de los habitantes de la zona para que todos se beneficien del turismo. Muestra caretas confeccionadas en papel desde 1970. También hace talleres dedicada a niños, jóvenes y adultos que desean aprender a elaborar estas caretas. Están elaboradas con la técnica del papel engomado.

También explica que a través de la indagación consiguió recuperar a los personajes de la comparsa como los capariches, el chorizo, el cabecilla. Asimismo dos protagonistas importantes del festejo anual: el oso y el cazador. “Estos personajes estuvieron desaparecidos, pero los pusimos en escena nuevamente”.

Manifiesta que en los inicios los disfrazados de ‘Diablos’ usaban las caretas (que solo cubrían la cara), ahora las máscaras que tapan más que el rostro y llevan grandes coronillas, cuernos, colmillos...

La comunidad

Chocaló
El Carmen está localizado a dos minutos del centro de Píllaro. La Casa Cultural el Pacto está abierto al público todo el año. Italo Espín, su propietario, se encarga de la guía y explicar su historia.