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13 de febrero de 2017 09:15

El hombre que vive del recuerdo

Junto a la estantería llena de viejas películas y la música de antaño. Foto: Víctor Vizuete / ÚN

Junto a la estantería llena de viejas películas y la música de antaño. Foto: Víctor Vizuete / ÚN

Victor Vizuete

Fabiani Alexander Pozo Cáceres es flaco, largo y fibroso, como un árbol de teca. Un clásico bigotito charro le acompaña desde que le salió la primera barba; la gorra es de data más reciente y apareció como consecuencia de las circunstancias: se está quedando calvo.

Quiteño de cepa -de San Blas por más señas-, Pozo ha tenido unos 45 años azarosos pero vividos con intensidad. Padre de 10 criaturas pero soltero por convencimiento, ha tenido que ingeniárselas para sacar a flote tan pesado barco.

Artesano desde siempre, su reducto de trabajo ha sido desde hace 30 años y pico la Plaza del Teatro; mejor dicho la esquina norte del ingreso al Gran Pasaje.

Ahí empezó a ganarse la vida vendiendo collares y pulseras y grabando nombres en relojes y cadenas hasta que el negocio no dio para más. Y tuvo que cambiar drásticamente de línea para subsistir. Claro, eso fue después de un año sabático que se tomó en España y que solo le dejó... conocer más de 10 ciudades y pasarla lindo.

De regreso a la exsanfranciscana urbe se compró una bodeguita en el pasaje (en USD 3 000) y se dedicó a vender música y películas del recuerdo en excelentes reproducciones en DVD y CD de ancianos LP y achacosos Betamax.

Los equipos de reproducción y los discos y películas originales (más de 1 000) los tiene bajo siete llaves en su casa de Barrionuevo.

En su desmontable estantería se pueden encontrar desde las canciones de Carlota Jaramillo o Pedro Infante hasta películas como Lo que el viento se llevó, Santo versus las momias o las, en su tiempo, prohibidísimas de Isabel Sarli.

La calidad de sus reproducciones le han ganado un gran público cautivo, que colabora con gusto para que sus ollas siempre estén con mucho condumio.

Chulla Vida
Fabiani Pozo es quiteño. Desde hace más de 30 años tiene un rincón en el Gran Pasaje. Ahí vende filmes y música de épocas pasadas.