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29 de mayo de 2018 13:20

Un proyecto para que los niños con cáncer no dejen de estudiar

La maestra enseña con base en el currículum que le corresponda al estudiante. Foto: cortesía Fundación Camila Salomé

La maestra enseña con base en el currículum que le corresponda al estudiante. Foto: cortesía Fundación Camila Salomé

Redacción Ultimasnoticias.ec

A causa del cáncer, Doménica tuvo que dejar dos años la escuela donde estudiaba. Su realidad y su rutina cambiaron cuando tenía 6 años, cuando le detectaron la enfermedad. Andrea Andrade, su madre, recuerda que a pesar de que la niña, que ahora tiene 10, quería ir a la escuela, las fuerzas no le daban.

Doménica tenía un diagnóstico grave y, junto con su madre, vivían en el hospital por lo que era complicado que asista a la escuela. Andrea comenta que un día fue porque la pequeña se lo pidió, quería ver a sus amigos pero se dio cuenta que no podía jugar, se decaía, se mareaba y a raíz de esa experiencia no quiso volver.

Después de enfrentar un duro tratamiento, a mitad de quinto de básica, Doménica regresó a la escuela "pero ella no sabía nada", dice Andrea y agrega que "así tuvo que terminar el año lectivo, sin saber muchos temas".

Con ese panorama, la mujer de 34 años, buscó ayuda y, por medio de una amiga, se enteró del trabajo de la Fundación Camila Salomé.

Esta fundación, que nació en el 2016, brinda ayuda a niños y jóvenes con cáncer para que no dejen sus estudios. En el caso de Doménica, hasta la actualidad, ella asiste todos los miércoles a clases. "Es una enseñanza personalizada por lo que de alguna manera se igualó ya que es complicado llenar el vacío de dos años", comenta Rocío Zapata, presidenta y fundadora de Camila Salomé.

Sobre el trabajo que realizan, Zapata indica que tienen tres ejes de acción. El primero son las aulas domiciliarias, es decir continuar con la enseñanza según el currículum del año que le corresponde al estudiante. ¿Cómo funciona esta dinámica?

La presidenta de la fundación dice que una maestra titulada va a la casa de los niños o jóvenes. Ella previamente planifica su clase de acuerdo con la malla curricular que corresponde al estudiante. Si se trata de educación básica, la profesora va dos veces por semana y da cuatro horas pedagógicas; en el caso del bachillerato, la docente acude tres veces por semana, brindando seis horas de estudio.

Zapata agrega que en esta enseñanza es muy importante el apoyo de la familia para que ayude al niño o joven porque la maestra deja tareas. Otro soporte importante también es el tutor de la escuela o colegio de origen que entrega temas para que el alumno se prepare para pruebas o examenes.

Continuando con los ejes de acción de la fundación, un segundo ámbito en el que trabajan es el apoyo psicológico para el niño y la familia y el tercer punto es la sensibilización a colegios y empresas sobre la enfermedad.

En este aspecto, Rocío Zapata señala que cuando los chicos se reincorporan a sus clases sufren discriminación y bullying por parte de compañeros y profesores, "les tienen lástima, pero ellos necesitan ser comprendidos y apoyados".

Con la sensibilización, la Fundación Camila Salomé busca que la gente se ponga en los zapatos de los pacientes con cáncer. "El tema en todos los niños con cáncer es que son rechazados o son marginados de los colegios y sufren acoso por parte de estudiantes y maestros, todo esto se da por desconocimiento de lo que es la enfermedad", señala Zapata.

Si usted está interesado o conoce a alguien que requiera del servicio de aulas domiciliarias puede comunicarse a los teléfonos 2556747 / 095805376 o dirigirse a la fundación que está ubicada en la Yánez Pinzón N26-56 y La Niña, en el norte de Quito. Recuerde que el servicio es totalmente gratuito.

Una experiencia personal motivó la Fundación Camila Salomé

La Fundación Camila Salomé lleva el nombre de la hija de Rocío Zapata que a los 14 años le detectaron cáncer cerebral.

Zapata recuerda que el anhelo de Camila Salomé, mientras estuvo en tratamiento, fue seguir estudiando pero los colegios no querían recibirla por su condición. "Para cumplir con el sueño de mi hija tuve que convertirme en su maestra". 

La hija de Rocío falleció a los 16 años y fue el inicio de un sueño: el nacimiento de la Fundación Camila Salomé.