placeholder
Las Últimas
25 de septiembre de 2017 12:53

El Kollak Raymi vive en Collacoto

La procesión se hace por las calles del barrio Collacoto con el arcángel San Miguel en andas. Foto: Galo Paguay / ÚN

La procesión se hace por las calles del barrio Collacoto con el arcángel San Miguel en andas. Foto: Galo Paguay / ÚN

Redacción Últimas Noticias

Cuatro son las familias escogidas para organizar la fiesta más importante del barrio Collacoto: el Kollak Raymi. Esta celebración tiene más de 100 años en este sector del suroriente de la Quito, y se lo hace en honor a San Miguel Arcángel y en agradecimiento por las siembras.

Payasos, capariches y morenos se preparan desde temprano para animar la fiesta. La banda de pueblo tiene la misión de sacar a los habitantes de sus casas a las 08:00. Allí se realiza el primer baile, antes de la misa en honor al santo.

Eduardo Silva tiene 24 años y vive en este barrio desde los cuatro. Este año su padre, William, fue escogido prioste. “Es un honor ser prioste. Se trabaja todo el año en las mingas y en las fiestas para dar el mejor ambiente y unir a los vecinos”, cuenta el joven y resalta que la tarea no es difícil mientras se tenga fe.

Al final de la misa se escogen a las cuatro familias que serán los nuevos priostes. Se les entregan las figuras religiosas y luego del baile general, recibirán en sus casas -con comida y chicha- a todo el que quiera ir.

Varias comparsas se preparan con dos meses de anticipación. Los morenos, por ejemplo, imitan a los afros de Esmeraldas y, con machete y mucha fruta, bailan por las calles del barrio. José Maila tiene 71 años y ha formado un grupo de jóvenes para seguir con la tradición. “Mis 22 nietos tienen el gusto de bailar, desde chiquiticos”, cuenta.

Uno de sus nietos es Miguel Ángel. “Todos los años hacemos trajes nuevos. Tenemos que innovar para no salir con lo mismo, por la devoción al santo”. Otra de sus nietas es Melanie, de 16 años, y sale de otavaleña. “No es una obligación, sino que es tradición y nos gusta”, cuenta la joven, que espera que se acabe la misa para empezar a bailar.