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19 de junio de 2018 10:08

Drama ecuatoriano en Nueva York...

Sandra Chica, esposa de Pablo Villavicencio. Foto: AFP

Sandra Chica, esposa de Pablo Villavicencio. Foto: AFP

Red. Mundo y Agencias (I)

La familia del ecuatoriano Pablo Villavicencio organizó ayer, lunes 18 de junio del 2018, una rueda de prensa en una calle de Nueva York. Su esposa, Sandra Chica, presentó a la Oficina de Migración una petición para que libere a su esposo.

Sus hijas lo esperan en casa. Pero está detenido desde el 1 de junio cuando, como repartidor de pizzas, llegó a entregar una en un cuartel militar. Allí le pidieron documentos. Entregó uno municipal, pero eso no sirve para las autoridades federales. Así que lo detuvieron de una. Por suerte, se pudo frenar su deportación. La audiencia será el 20 de julio.

Su esposa y sus dos hijas, Luciana (3 años) y Antonia (2) son ciudadanas estadounidenses. Y si bien los abogados que defienden a Villavicencio han dicho que él no representa una amenaza para la sociedad ni la seguridad nacional (términos que el presidente de EE.UU. Donald Trump usa con recurrencia para estigmatizar a los migrantes), las cosas pudieran ponerse difíciles.

La separación de las familias de migrantes no le importa al Presidente. Hay más de 2 300 niños que han sido separados de sus familias en la frontera
con México.

Trump reafirmó ayer las controvertidas medidas contra familias de inmigrantes en la frontera, a pesar del creciente escándalo por los miles de casos de separación familiar.

“Estados Unidos no será un campo de inmigrantes, y no será un complejo para mantener refugiados. No lo será”, dijo; porque “pueden ser asesinos y ladrones, y queremos un país seguro”.