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3 de mayo de 2018 12:45

Por su falsa alarma, cárcel de verdad

Los estudiantes y docentes fueron a un parque cercano al colegio. Foto: Francisco Espinoza / ÚN

Los estudiantes y docentes fueron a un parque cercano al colegio. Foto: Francisco Espinoza / ÚN

Redacción Sierra Norte (I)

Por hecho el chistoso, Edison M., un ciudadano ecuatoriano de 40 años, fue detenido la tarde de ayer, 2 de mayo del 2018. El hombre está acusado de haber difundido un falso rumor sobre la presencia de un artefacto explosivo en la Unidad Educativa 17 de Julio, en Ibarra, provincia de Imbabura.

El sospechoso llamó ayer desde su teléfono móvil al de Gustavo Taramuel, rector del plantel educativo, a las 10:24, alertándole sobre la presencia de una bomba en el sitio.

Inmediatamente, los directivos del plantel informaron a las autoridades de la provincia. En pocos minutos llegó personal de la Policía, Fuerzas Armadas, Bomberos, entre otros, y ordenaron la evacuación de todo el edificio.

Un total de 857 estudiantes y 140 del personal docente y administrativo de la institución abandonaron las instalaciones, ubicadas en el norte de la urbe. Inicialmente se concentraron en el estadio del colegio. Pero, luego se movilizaron en fila hacia un parque cercano al establecimiento.

Hasta la Unidad Educativa 17 de Julio llegó personal especializado en explosivos de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas. Hasta las 12:45 realizaban un barrido de las instalaciones y comprobaron que se trató de una llamada malintencionada.

Según Juan Jaramillo, jefe de la Policía de la zona norte del país, el ciudadano puede ser procesado por terrorismo, por difundir información falsa, que genere conmoción social.

Esta es la tercera amenaza de bomba que ocurre en menos de siete días en Imbabura. La primera se reportó el 26 de abril último, mediante una llamada telefónica a la Policía señalando que había material explosivo en la iglesia de la parroquia de Lita, situada en la frontera entre las provincias de Imbabura y Esmeraldas.

En esa ocasión, agentes revisaron y comprobaron que se trataba igualmente de una falsa alarma.

La segunda ocurrió el 29 de abril del 2018. Una llamada telefónica igualmente advertía de la supuesta presencia de una bomba en el hospital San Vicente de Paúl, de la capital de Imbabura, que obligó a evacuar a 121 pacientes.

Según Jaramillo, se tiene pistas sobre el responsable de esa llamada. Pero, no quiso adelantar nada para no entorpecer las investigaciones que se efectúan.

Si quiere seguir el ejemplo del hombre detenido y hacerse el gracioso reportando falsas alertas de bomba, pilas que hay sanciones. Los detenidos por estas causas podrían enfrentar penas que van de 15 a 30 días de cárcel por dar avisos falsos a través de la línea del ECU 911. Así lo estipula el art. 396 del Código Integral Penal (COIP).

Pero las penas pueden ser más drásticas cuando la falsa alarma mantenga en estado de terror a la población o a un sector de esta. En ese caso la sanción podría subir de 10 a 13 años de cárcel.

En Quito también se han registrado amenazas de bombas, Por ejemplo, el 23 de marzo, hubo una llamada anónima indicó que existía un explosivo en el edificio de la Asamblea Nacional. Lo mismo ocurrió en sitios como la Universidad Politécnica Nacional, en la Plataforma Gubernamental del norte, entre otros espacios.

En total, desde el 27 de enero, día que se registró el ataque terrorista al cuartel policial de San Lorenzo, en el país se han registrado 56 amenazas falsas de bomba. Y con el hombre de 40 años de Ibarra, ya sumarían ocho las personas detenidas por avisar sobre falsas alertas de bomba.