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14 de diciembre de 2017 16:40

Bombero salvó la vida de una yegua coja que iba a ser sacrificada 

Muchas personas se mostraron interesadas en adoptar al animal, pero cuando se enteraban que no tenía completa una de sus extremidades desistían. Foto: Paúl Rivas / ÚN

Muchas personas se mostraron interesadas en adoptar al animal, pero cuando se enteraban que no tenía completa una de sus extremidades desistían. Foto: Paúl Rivas / ÚN

María Belén Merizalde

Perdió una de sus patas y sus dueños decidieron abandonarla. Se trata de Mina, una yegua que fue hallada hace cinco meses en un potrero ubicado en la parroquia San José de Minas, al noroccidente de Quito.

Luis Correa, suboficial mayor del cuerpo de bomberos, realizaba tareas de prevención y respuesta ante incendios forestales y observó durante varios días a un caballo que no se movía de un mismo sitio.

Le resultó extraño que el equino permaneciera en ese lugar y decidió investigar qué ocurría.

Cuando llegó al terreno descubrió que la yegua había perdido una de sus patas y por ello casi no podía moverse.

Con la ayuda de la comunidad logró contactarse con el dueño del animal.

“El señor me dijo que había abandonado a la yegua porque estaba patoja y que iba a sacrificarla, pero como bombero mi compromiso es salvar todo tipo de vida, así que le pedí que me diera la oportunidad de buscar alguien que se hiciera cargo de ella”, comentó Correa.

Muchas personas se mostraron interesadas en adoptar al animal, pero cuando se enteraban que no tenía completa una de sus extremidades desistían.

El bombero logró comunicarse con Juan Sebastián Galecio, profesor de la escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), quien se interesó en el caso.

El médico acudió a la zona donde se encontraba la yegua y realizó varios análisis para determinar si existía alguna posibilidad para que el animal continúe con vida.

“En muchos casos cuando un caballo pierde una de sus extremidades lo que suelen hacer los dueños es sacrificarlo. Claro que eso se debe hacer con el consejo de un especialista, pero en este caso había la posibilidad de hacer algo por ella”, indicó Galecio.

El 25 de octubre trasladaron al animal en un carro del Cuerpo de Bomberos hasta un establo privado.

José Espinoza, encargado del lugar, decidió abrirle las puertas a Mina para que los veterinarios pudieran revisarla y programar una primera operación.

Galecio explica que parte del hueso de la extremidad se encontraba expuesto y por ello debieron intervenirla.

Ahora la yegua se recupera de esa operación, mientras la escuela de ingeniería de la USFQ trabaja en la construcción de una prótesis, que podría estar lista para mayo del 2018.

Sin embargo, se continúa con la búsqueda de encontrar un lugar que acoja definitivamente a Mina.

Según el artículo 249 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) “la persona que por acción u omisión cause daño, produzca lesiones, deterioro a la integridad física de una mascota o animal de compañía, será sancionada con pena de cincuenta a cien horas de servicio comunitario. Si se causa la muerte del animal será sancionada con pena privativa de libertad de tres a siete días”.

Sin embargo, en este artículo existe una excepción para los casos en los que las acciones que se realicen hacia el animal busquen poner fin a sufrimientos ocasionados por accidentes graves, enfermedades o por motivos de fuerza mayor.

Cualquier decisión deberá ser supervisada por un especialista.