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5 de marzo de 2018 10:19

Aspirantes mujeres se quedaron sin cuartel

En esta convocatoria para el servicio militar aún no se admitió a mujeres. En el  Fuerte Militar El Pintado se registró la presencia de unas 50. Foto: ÚN

En esta convocatoria para el servicio militar aún no se admitió a mujeres. En el Fuerte Militar El Pintado se registró la presencia de unas 50. Foto: Alfredo Laga / ÚN

Valeria Heredia

Al trote, cerca de 50 aspirantes mujeres salieron de las instalaciones del Fuerte Militar El Pintado, en el sur de Quito. Ellas aspiraban ingresar al servicio militar pero no fueron recibidas.

Johana Poma, de 19 años, viajó junto a su madre María Flor Paguay desde Guayaquil hasta Quito. Lo hizo para comenzar su vida militar. Desde pequeña ella ha tenido este sueño, por lo que sintió tristeza cuando les dijeron que no podía entrar, comenta la joven.

El ingreso de mujeres al servicio militar está todavía en debate. Se espera recibirlas en las próximas convocatorias. Así lo aseguró el teniente coronel, Freddy Jara. “Aún no está autorizado (el ingreso). Estamos en un período de capacitación y adecuación de las instalaciones”.

Un aspecto que rescató Jara es el interés de las chicas por el acuartelamiento.
Esto hizo que les entregaran un certificado de presentación a las 50 jóvenes que acudieron con sus maletas y mochilas.

Poma, por ejemplo, adquirió una caja de madera con su nombre y una mochila con sus pertenencias personales. Todo se lo llevó nuevamente a su casa, en Guayaquil.

“Fueron cerca de ocho horas de viaje y no logré ingresar”, dijo Poma. Su madre María Flor Paguay sintió la misma decepción. “Vinimos con la ilusión de que ella ya se quede en el cuartel. Esperemos les den otra oportunidad”.

Poma reconoce que le atrae la vida militar porque se trata de una formación para ayudar a los demás. Sumado a que es una carrera corta y lucrativa.

Karen Muñoz y Hady Vega, de 20 años, también madrugaron con sus pertenencias para el acuartelamiento. No podían creer que todavía no se acepten a aspirantes mujeres.

Para Poma, Muñoz y Vega, el servicio militar debería abrirse para todos, ya que mujeres y hombres tienen la misma capacidad y agallas. Pese a la decepción seguirán intentándolo.

Cada año se realizan tres llamados para el servicio militar o acuartelamiento.
Este tiene varios beneficios: alimentación, remuneración mensual, capacitaciones, competencias deportivas. Dura seis meses. Los chicos, además, tienen la posibilidad de continuar con su formación, es decir, pueden seguir el servicio profesional de tropa o carrera.

Vega y Muñoz buscarán profesionalizarse, ya que les gustaría alcanzar rangos altos de capitán o coronel. Además buscarán dirigir grupos, ya que reconocen que son buenas.

Hasta que eso ocurra, las jóvenes continuarán con su vida normal. Vega terminará el bachillerato productivo, que comenzó el año anterior. Eso le servirá para trabajar rápidamente.

La misma idea alberga Muñoz, quien desde pequeña soñó con ser militar.
En el caso de Poma, aún evalúa opciones. Ella rindió el examen Ser Bachiller y espera los resultados.

En el campamento militar de El Pintado estaba previsto recibir a 780 ciudadanos. A escala nacional serán  5 000 en los diferentes centros de movilización.

Uno de ellos es Hugo Guamaní, de 22 años. Él optó por esta alternativa para ‘enderezar’ su vida. Al igual que las aspirantes, el joven considera que es importante que exista la oportunidad para mujeres. “Tienen que abrirles las puertas porque tienen la misma o más fortaleza que los hombres”.