Los arriendos suben por el hospital en el sur de Quito
El ruido es constante, solo silencio en la noche. La frase es de Elena Donoso, vecina de El Calzado. Se refirió a las obras que, a paso acelerado, se realizan en la zona. Allí se construye el hospital IESS Quito Sur.
Varios grupos de obreros, con sus respectivos cascos, se desplazaban ayer, martes 3 de octubre del 2017, de un lado a otra dejando a punto esta obra de 5 edificios, de 10 pisos cada uno. En julio, el presidente del directorio, Richard Espinosa, ofreció que a fines de octubre se entregaría la obra civil y el 6 de diciembre comenzarían a atender.
Algunos obreros, quienes, prefirieron no dar sus nombres, dijeron que posiblemente los trabajos podrían prolongarse uno o dos meses más.
Sin embargo, agregó Donoso, “lo importante es que la obra se haga bien y no al apuro”. Y dijo más: “Estoy contenta, mi sector va a pegar un crecimiento económico enorme”. El nuevo hospital está entre las calles Moraspungo y Pinllopata.
La obra abarca un área de 83 000 metros cuadrados y se la divisa por todos los barrios que se asientan a la redonda y pese a que aún no entra en servicio, la demanda de vivienda en el sector ya se ha disparado, contó Raúl Arias, presidente del barrio San Bartolo.
“No eran mucho lo que se pagaba por un departamento pequeño, a duras penas estaba en unos USD 100. Pero ahora, ni con una varita de romero se encuentra un lugar para vivir en ese precio; ahora están sobre los USD 250”, agregó.
Y esos precios se extendieron hasta el sector de la denominada Línea del Tren, que queda por el Colegio Técnico Sucre. Por esa misma zona, agregó Arias, la venta de casas o terreno se está poniendo de moda.
Quienes desean un predio se han visto en la necesidad de pegar, en los postes de luz, anuncios diciendo que necesitan una casa o un terreno y que llamen a tal o cual número, indicó el Presidente de San Bartolo.
En el hospital habrá 36 especialidades médicas; hospitalización, consulta externa, centro obstétrico y quirúrgico, inclusive para cirugías mayores ambulatorias, además de unidades de cuidados intensivos para adultos y pediátricos, centro de diálisis, neonatología, endoscopía, rehabilitación física, imagenología.
Todo esto ya está atrayendo a los emprendedores. De eso están conscientes los vecinos y solo aspiran a que ese desarrollo se haga en orden y con control. “No nos gustaría que el barrio pierda su esencia de vecindad”, dijo Arias.
