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23 de abril de 2018 08:57

Dolorosita, ruega por la paz

Los caminantes, en cada altar, se detenían para rezar a la Virgen de fe.

Los caminantes, en cada altar, se detenían para rezar a la Virgen de fe. Foto: ÚN

María Belén Merizalde

Rosas rojas, blancas y amarillas, combinadas con pequeñas flores de gypso y el contraste verde de las hojas y los tallos. Todo formaba uno de los altares más bellos que se montaron ayer, 22 de abril del 2018, para engalanar la procesión de la Virgen La Dolorosa, en el Centro Histórico de Quito.

Antes de las 06:00, la madre Patricia Hernández y 20 estudiantes del colegio La Providencia, llegaron a la esquina de la García Moreno y Espejo para empezar a armar su altar.

Una gran imagen de la Dolorosita fue colocada sobre uno de los graderíos que conducen a la Catedral. Allí, las hábiles manos de varias estudiantes la adornaron con delicadas telas blancas y azules.

Pero el altar se llenó de hermosura cuando, de forma prolija, se colocaron los arcos de rosas.

Ya para las 10:00, el altar estaba listo y los feligreses se detenían para santiguarse e incluso para tomarse varias fotografías.

La religiosa comentó que desde hace una semana se inició la organización del altar y que solo fue posible hacerlo con la colaboración de estudiantes, padres de familia y docentes.

Pero ese no fue el único altar, a lo largo del recorrido se montaron otros 39, para recordar el milagro ocurrido el 20 de abril de 1906, cuando estudiantes internos del colegio San Gabriel, observaron que la imagen de la Dolorosa, que se encontraba en el comedor, abría y cerraba los ojos.

Según la madre Hernández, el objetivo de cada altar es que los feligreses hagan un alto y pidan a la Virgen por la paz del Ecuador, por la unidad y por la salud de cada familia.

“En la vida tan ajetreada que tenemos debemos aprender a hacer un alto para acercarnos a nuestra madre y pedirle nos dé su santa bendición”, señaló la religiosa de La Providencia.

Otro altar que fue adornado con paciencia y devoción fue el que se ubicó en la intersección de las calles Venezuela y Espejo, en los bajos del Municipio.

La familia Andagama León fue la elegida para rendir un homenaje a la Virgen La Dolorosa. Los siete integrantes de la familia llegaron desde Solanda, en el sur de Quito, para levantar el altar.

Las rosas blancas y amarillas y los velones engalanaron la imagen.

“Nosotros amamos mucho a La Dolorocita, su mirada tierna hace que tenga tantos devotos”, comentó Julia Andagama.

La procesión arrancó a las 10:30, en medio de aplausos y pétalos de rosas la imagen hizo su tradicional recorrido por la García Moreno, Sucre y Mejía.

Finalmente, La Dolorosa llegó a la Catedral Primada, frente a la Plaza Grande, en donde el arzobispo de Quito, Fausto Trávez, presidió una eucaristía en su honor. El templo, por todos sus frentes, se llenó completo.

Durante la homilía, el sacerdote recordó que el Ecuador está de luto por algo que nadie imaginó podía ocurrir, aquello mencionó en referencia a los ataques terroristas producidos en la frontera norte (Esmeraldas), y que cobró la vida de cuatro militares y tres miembros del equipo periodístico de El Comercio.

También hizo un llamado a la unión y a la paz. Y agregó: “Que La Dolorosa del Colegio nos dé la gracia de la paz, que nuestras lágrimas cesen...”.