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Futbolero
27 de septiembre de 2017 09:19

Seis talentos sacan la cara por el Chota en el 'Nacho'

(De izq. a der.) Leodán Chala, Darwin Cuero, Bryan de Jesús, Michael Chalá, Alejo Villalba, Jonathan Borja. Foto: David Paredes / ÚN

(De izq. a der.) Leodán Chala, Darwin Cuero, Bryan de Jesús, Michael Chalá, Alejo Villalba, Jonathan Borja. Foto: David Paredes / ÚN

David Paredes

Con un grito desde el centro de la cancha del complejo de Tumbaco, Bryan de Jesús reunió a sus paisanos del Chota que militan en El Nacional.

El goleador de los criollos se ha transformado en la voz de mando de sus coterráneos. Cuando hay cosas por solucionar en la tierrita, él encabeza las reuniones.

“Yo soy el más bullicioso de todos. Por eso se escucha mi voz más alta”, dice riéndose el hermano menor de Marlon de Jesús.

El máximo goleador de los rojos, con 11 tantos, recuerda las travesuras de guagua en su amado valle del Chota. En esa zona del norte de Imbabura pasó su primera infancia.“Nací ahí, pero a los 10 años me fui a Ibarra. Me enamoré del fútbol cuando en el colegio siempre terminaba siendo el goleador de mi grado”, dice De Jesús ya en tono serio.

De su pueblo, el ariete guarda el recuerdo de haber pasado unos días por la escuela de fútbol de Agustín ‘Tin’ Delgado. Ahí conoció a su pana y actual compañero de equipo Jonathan Borja.

“Me siento orgulloso de llevar en mis venas sangre del Chota. Quiero que el fútbol de mi tierra surja como lo hicieron antes grandes cracks como Agustín Delgado, Édison Méndez...”.

Quien sí la gozó en el río y en la canchita de tierra que está abajo del puente del Juncal fue Borja. El mediocampista criollo se formó en el calor del Valle. Su infancia se desarrolló entre la escuelita del ‘Tin’ y sus estudios.

“Jonathan es de una nueva generación de jugadores del Chota que nacieron para jugar fútbol. A diferencia de los otros, él ya salió con ese chip de futbolista”, dice Marcos Borja, el tío del mediocampista. Entre travesuras, fútbol con pelota de trapo y chapuzones en el río Chota, Jonathan creció admirando a Christian Lara y Édison Méndez.

“Me siento feliz de ser parte de esta nueva generación de jugadores de allá. También, tengo un peso sobre mi espalda, porque lo que lograron mis coterráneos la verdad es grande”, dice Borja.

En los puros criollos hay cinco representantes del valle. No todos nacieron en esa calurosa tierra, pero sí se formaron ahí. Quieren demostrar un asunto importante: que el fútbol del Chota no está en horas bajas como se piensa, que la cantera no se ha secado.

Aseguran que hay muchos talentos en el cascarón, listos para buscar su oportunidad en el fútbol. Y, claro, ahí estará el cuadro militar para incorporarlos a sus divisiones juveniles. El Nachito tiene buenos reclutadores de futbolistas en Imbabura.

Michael Chalá y Alejandro Villalva nacieron en Quito y el cantón Bolívar (Carchi), pero se sienten choteños postizos. “Mi mamá y mi papá son del Chota. Yo nací en Quito, pero mis mejores recuerdos son de allá. Pasaba mis vacaciones y jugaba al fútbol con los chicos del pueblo”, dice Chalá, quien es confesó admirador del ‘Kinito’ Méndez.

Chalá recuerda una anécdota con Méndez. Siempre lo vio jugar y pasear por las calles del pueblito imbabureño, pero no se había atrevido a hablar con él. Un día, en un centro comercial de la capital, ‘Kinito’ lo reconoció, se le acercó y le invitó un helado. Años después compartió cancha y entrenamientos con su ídolo.

Leodán Chalá y Darwin Cuero son los otros choteños del Nacho. A diferencia del resto, ellos hicieron todas sus formativas en el ‘Bitri’. Por eso se sienten afortunados de seguir en el club.

“Sabemos lo que representa el fútbol en nuestra tierra. Estoy agradecido de tener paisanos en el equipo. Con ellos me siento cómodo”, agrega Borja.

El técnico Eduardo ‘Lolo’ Favaro tiene en alta estima el aporte de los choteños. Jugadores como Borja, ex Aucas, y el delantero De Jesús son fijos en sus alineaciones. Lo que más le gusta al DT es su humildad, en lo personal, y su obediencia táctica y potencia física.