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Futbolero
19 de julio de 2017 09:14

Leonel Nazareno sabe de puños y atajadas

Leonel Nazareno llegó a Liga de Quito en el 2010.  Foto: David Paredes / ÚN

Leonel Nazareno llegó a Liga de Quito en el 2010. Foto: David Paredes / ÚN

David Paredes

En uno de los arcos de la cancha principal del complejo de Liga de Quito, en Pomasqui, Humberto Preti -entrenador de arqueros- reunió a sus tres pupilos. Leonel Nazareno, el guambrito de 22 años que le ganó la titularidad al experimentado Daniel Viteri, camina despacio junto a su compañero Érick Viveros. Tocaban la pelota y se reían un poco antes de empezar la práctica mientras que el ‘Mono’ Viteri pasaba de largo con cara de pocos amigos.

Desde que llegó el ‘yorugua’ Pablito Repetto a Pomasqui, ‘Naza’ se ganó la titularidad. Esto, al parecer afectó la relación entre ambos goleros. Ahora ya no se hablan mucho. Cruzan pocas palabras durante la práctica y ya no hay risas como hace unos meses.

Estos golpes anímicos dejaron de afectarle al esmeraldeño de 1,95 metros. Desde que era guambrito se acostumbró a sufrir desplantes. Uno de los más duros que le tocó vivir fue cuando estuvo a prueba en El Nacional.

“Empecé de guambrito a jugar índor en el barrio. Un día, el profesor José Luis Cabezas me fue a buscar a la casa y me invitó a que tape en cancha grande. Él fue quien me trajo a Quito a probarme en El Nacional”, contó ‘Naza’ a ÚLTIMAS. Con los puros criollos estuvo hasta en la Sub 15. Fernando Baldeón, quien ahora es DT de la Reserva del Clan Juvenil, fue quien lo despachó rapidito. Así lo recuerda el espigado golero albo.

La ‘Fiera’ no le dio chance y él, con apenas 16 añitos, se regresó a su amada tierrita. En Quinindé le ofrecieron de todo. Le dijeron que por su estatura podía ser un jugadorazo de baloncesto. Pero la oferta no le sedujo. Otra de las opciones era hacerse boxeador. Esa sí le gustó y se animó a calzarse los guantes.

“Me vine a Quito a boxear, porque no quería quedarme en la casa de vago. Estuve como un mes entrenando en La Tola, pero no me acostumbré. Lo mío era el fútbol”, dice riéndose, mientras se calza unos guantes de boxeo que ÚLTIMAS le facilitó para la producción fotográfica de esta nota.

En Liga, pocos saben la corta faceta de púgil de Nazareno. Eso sí, todos recuerdan al peladito que llegó a Pomasqui de la mano del preparador de arqueros Mario Quiroga.

“Quiroga fue como un padre para mí. Viví con él en su casa cuando en El Nacional ya no había cabida para los menores de edad en la residencia. Me trajo a Liga a probarme y me quedé en el equipo”, recuerda el golero.

En la ‘U’ siempre fue suplente. En las formativas era el segundo arquero del seleccionado Walter Chávez. Después subió al primer equipo y tuvo que esperar dos años para poder debutar en primera.

“Recuerdo exactamente el día que debuté. Fue ante el Aucas y estaba nervioso. Ahora mi reto es consolidarme en el equipo titular”, dice. Con Gustavo Flores, el expreparador físico, tampoco le fue bien. Sentía que lo criticaban mucho. En el 2015 incluso pensó en dejar el fútbol. Quería terminar el contrato y regresar a su tierra. En sus planes estaba intentar otra vez el boxeo.

“No jugaba y a veces ni concentraba. Además no me iba bien con Flores”, asegura.
Preti destaca sus cualidades técnicas. Asegura que ‘Naza’ es bueno en los remates a ras de piso. “Eso responde al proceso que hizo”, dijo.