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Futbolero
30 de junio de 2017 11:02

La cábala del Delfín de Manta se revela

Geovanny Nazareno (izquierda) y Límber Valencia (der.) se devoraron la albacora de sus tarrinas. Foto: David Paredes / ÚN

Geovanny Nazareno (izquierda) y Límber Valencia (der.) se devoraron la albacora de sus tarrinas. Foto: David Paredes / ÚN

David Paredes

José Gutiérrez y su grupo de trabajo madrugan todos los miércoles para dejar listo la mejor cábala del Delfín, el líder del torneo y virtual ganador de la etapa. Él y su esposa Kenia Cedeño empiezan su jornada a las 04:00, cuando sacan las ollas industriales para preparar el famoso encebollado.

Bien orgullosos aseguran que este tradicional platillo manabita es lo que da fuerza a los jugadores del sorprendente Delfín.

Eso sí, nada es por casualidad. La sana costumbre de pegarse un encebolladito nació al inicio de la temporada. Pedro Vera -primer vocal del club- tuvo la iniciativa de darles alguna cosita a los chicos como incentivo, tras el empate 0-0 ante River Ecuador (en la primera fecha).

Los muchachos se sirvieron el platillo en tarrina de plástico con harto chifle, y a la fecha siguiente ganaron por primera vez a Liga, en el estadio Rodrigo Paz Delgado. El resultado en ese compromiso fue 2-0.

Según Vera, los jugadores fueron los que insistieron que se haga esta comilona todas las semanas. Participan todos los de la plantilla y utilería. El único ausente es el ‘profe’ Guillermo Sanguinetti. Al estratega ‘yorugua’ no le gusta esta sopita y prefiere ir a comer otra cosa.

“Ellos pidieron que sigamos con esto. La tomaron como cábala”, dice orgulloso Vera.

José Gutiérrez cocina el encebolladito de los campeones manabas. Foto: David Paredes/ ÚN

José Gutiérrez cocina el encebolladito de los campeones manabas. Foto: David Paredes/ ÚN

ÚLTIMAS estuvo presente en el ritual del equipo del pasado miércoles. Cosas de la vida. El fin de semana, el rival nuevamente será la Liga y el Delfín solo necesita un empate para ganar la etapa. El ritual ya está hecho. Solo falta entrar a la cancha.

Cuando al chef Gutiérrez le preguntan sobre sus encebollados, dice que son los del campeón. La gente llega a su local a pedirle el plato de los futbolistas. Es que en Manabí se ha hecho eco del exquisito sabor de la sopita de cebolla, yuca y pescado albacora. Los medios locales, como Manavisión, ya han sacado reportajes de esta tradición que empezó como un incentivo y se volvió algo fundamental para los pupilos del DT Sanguinetti.

“Fue una sorpresa para mí, cuando a la segunda semana me pidieron que preparara una olla llenita de encebollado para el Delfín. Sobre todo porque soy hincha del equipo”, dice el chef más conocido como ‘Che Pepe’.

Todos los miércoles, después de dejar limpio el local para los comensales de la mañana, se toma su tiempo para preparar las 42 tarrinas con el producto y las dos fundas con los auténticos chifles manabitas. Son transportadas por el dirigente, quien con ayuda de los utileros, son bajados de su auto.

Vera, antes de ir al complejo, recoge la mercadería y coordina con la gente de apoyo del equipo para que dejen listas las mesas. Mientras el equipo se entrena, todo está listo para compartir. Se sienten como en familia.

“Nunca había probado un plato igual. Es rico porque es algo típico de acá y nos permite socializar”, dice el venezolano Jhon Chancellor, uno de los más entusiasmados con la comilona.

Este refrigerio les da un tiempo de esparcimiento. Hablan de todo. Eso sí, antes de que todos se sienten a la mesa, como en cualquier familia, esperan a la cabeza de hogar. José Delgado, presidente del club, siempre los acompaña. Degusta del platillo de pescado con los muchachos.