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Futbolero
19 de octubre de 2016 17:36

Álvez y ‘Kitu’ se tatúan donde el ‘Chimo’

Jaime Solórzano,  es el dueño de Love Tattoo y pana de los futbolistas. En la der., Kitu Díaz y la manga que se hizo en el brazo. Foto: Mario Faustos / ÚN

Jaime Solórzano, es el dueño de Love Tattoo y pana de los futbolistas. En la der., Kitu Díaz y la manga que se hizo en el brazo. Foto: Mario Faustos / ÚN

Ronald Ladines (D)

Jonatan Álvez traslada la ‘locura’ que muestra en la cancha al estudio donde se tatúa, en la aniñada urbanización Entre Ríos, en Samborondón, Guayas. Cuando el ‘yorugua’ llega al local molesta a los tatuadores, habla, se ríe, grita…

Cuando fue a Guayaquil, lo primero que hizo el goleador es conseguir un centro de tatuajes para seguirse marcando la piel. Aquí en Quito, su ‘casero’ de tatuajes era Camilo Chaves, un artista colombiano que le hizo un búho, un reloj y le escribió el nombre de algunos de sus familiares.

Pero bueno, ahora Álvez está en Guayaquil en donde es ídolo. Sus marcas en la piel se las hace en el estudio Love Tattoo Parlour. Este es el ‘local oficial’ donde asisten los jugadores de Barcelona. Además de Álvez, al lugar van Damián Díaz, Máximo Banguera, Gabriel Marques

El dueño del sitio es Jaime Solórzano, mejor conocido como ‘Chimo’, quien ahora es gran pana de los futbolistas. Él es el dueño y administrador del local, que funciona desde hace un año y medio y que cuenta con cuatro artistas especializados en diferentes estilos. Dice que ya es conocido en el camerino amarillo.

El primero en ir al estudio fue el ‘Kitu’, el dueño de la pelota en Barcelona. Tiene un amigo en común con ‘Chimo’ y este lo llevó a hacerse una ‘manga completa’ en el brazo izquierdo. Debido al poco tiempo libre del futbolista, el trabajo demoró seis meses para ser terminado. Ese le dio tiempo para hacerse pana del tatuador.

“Es un tipo sencillo, sabe lo que quiere y se deja guiar por el artista”, contó Solórzano, quien además detalla que el argentino no se queja ni llora durante los pinchazos de la máquina. Dice que los jugadores se sienten como en casa cuando llegan. El ambiente del local es familiar.

Luces bajas, muebles, una mesa de centro y un televisor, simulan el ambiente de una sala cualquiera, mientras que los tatuajes se realizan en habitaciones adecuadas para el tipo de trabajo que se desempeña.

Su modelo de trabajo, atención, higiene -recogido de Europa y Estados Unidos- es lo que llama la atención de los futbolistas. Él y sus empleados les muestran a sus clientes cada implemento que usarán, desde que lo sacan de envoltorios sellados.

Díaz quedó conforme con su enorme tatuaje en donde tiene un reloj con la hora en la que nació, además de recuerdos familiares. Él le recomendó el local a su amigo Álvez. El charrúa se retocó un tatuaje del brazo y se hizo otros en cada lado del cuello: Sobre el lado derecho un diamante negro -como su apodo- y al izquierdo la frase ‘Only God can Judge me’ (Solo Dios puede juzgarme). La misma frase que popularizó Jaime Iván Kaviedes en uno de sus brazos. ¡Qué casualidad! El mismo ‘Kitu’ Díaz tiene tatuada la misma frase en su brazo.

A diferencia del ‘Kitu’, Álvez suele gritar cuando el tatuaje se está terminando. “Ya por fin”, es la frase más recurrente, según cuenta ‘Chimo’ entre risas.

Otro deportista que visita regularmente el local, es Marlon ‘Chito’ Vera, que es el único ecuatoriano que pelea en la UFC. Son buenos amigos, se conocieron entrenando en el gimnasio. “Yo le enseñé un par de cosas”, bromeó el dueño del local.